martes, 8 de diciembre de 2015

¡La nueva Venezuela es vinotinto!



Querido y bravo pueblo de mi Venezuela:

Después de la euforia merecida de los que apostamos por un cambio, me alegra leer, aunque sea en algunos contados espacios rojos, un poco de autocrítica, que en estos tiempos considero fundamental. 

El chavismo está decepcionado con los resultados electorales, pero una gran parte también contribuyó en ellos. Más allá de especular en posibles escenarios o hacerse eco de comentarios que critican la decisión de la gran mayoría del pueblo, hay que preguntarse qué está diciendo ese país por el que todos trabajamos, por qué decidió salir a votar por un cambio y cuáles son nuestros puntos de encuentro. 

Creo fundamental que comencemos a trabajar por la unión del país, y dejar de lado los discursos de odio, de echar en cara errores o de suponer que se cometerán otros. ¿Acaso no somos todos hijos de Bolívar? ¿Acaso no queremos todos un país seguro? ¿No queremos exhibir nuestras riquezas naturales al resto del mundo con una industria turística que genere empleo, que invite a otros a disfrutar de nuestra gastronomía y de nuestra riqueza cultural, y que sea también una alternativa de ingresos para el país que pueda diversificar nuestra economía y disminuir el impacto que tenga en nuestra gente la caída del precio del petróleo? ¿Acaso no queremos vivir en paz y reconciliarnos con el vecino, el primo o el colega a quien ahora consideramos que está "en otro bando"? 

Comencemos por asumir responsabilidades, estudiar nuestras actitudes al ganar y perder elecciones y también por estudiar qué ha fallado en nuestra gestión. Esto lo deben hacer todos, rojos y azules, vinotinto todos. 

Asumir con humildad nuestros errores es el primer paso para corregirlos, y reconocer en el otro al hermano más allá de su tendencia política es vital para comenzar a construir la Venezuela que TODOS queremos.

¡Felicidades a los demócratas! Acaba de comenzar una nueva etapa en nuestra historia: ¡¡Ahora Venezuela es vinotinto!! 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Llegó la hora

Finalmente, el 6D ha llegado. 

No hay más lugar para la especulación, para la queja sin acción ni para el miedo. Millones de corazones venezolanos laten fuertemente con la esperanza de que un cambio democrático y pacífico aleje nuestro futuro del rumbo caótico por el que lo está dirigiendo el gobierno. 

Daría cualquier cosa por poder aprovechar esta oportunidad histórica. Es uno de esos momentos cruciales que contadas veces podemos presenciar, y yo solo espero que mis paisanos venezolanos entiendan la trascendencia de la decisión que están a punto de tomar.

Ya no hay cabida para la desesperanza, para la indiferencia ni, repito, para el miedo. Las cábalas de lo que ocurra después deben quedar suspendidas y reanudadas una vez hayamos cumplido con nuestra responsabilidad con el país y, a su vez, con nuestro futuro.

Señores, llegó la hora: Venezuela, su bravo pueblo, decide. El 6D ha llegado.



lunes, 9 de noviembre de 2015

Una realidad normal, o buena suerte a la señora del '63




Hace tiempo que quiero escribir, pero en general, cuando las cosas van bien y todo funciona regularmente, las musas se aburren y no hay mucho qué contar. Llegué a esta conclusión el otro día, cuando me dio por releer algunos posts, y resulta que hay un par muy interesantes -aunque esté mal que lo diga yo- sobre la cotidianidad en Venezuela: cómo pagar en un supermercado podía ser una auténtica prueba a la paciencia -porque se iba la línea, no porque no hubiera productos-; cómo las cornetas, el tráfico interminable y el colapso de Caracas ante una simple lluvia contrastaban con la majestuosidad de El Ávila en su imperturbable amanecer, con las simpáticas guacamayas que recorrían la ciudad dándole los buenos días por las mañanas, y despidiéndose hasta el día siguiente por las tardes, y con ese encanto ecléctico que permite disfrutar de una cena relajada en la sucursal del cielo, por más que el camino de vuelta a casa implique no parar en ningún semáforo por si te atracan.

En el "primer mundo" las cosas son distintas. Aquí todo el mundo sabe el tiempo que le llevará entrar a un supermercado y comprar lo que necesite. Se quejan, sí, y con razón, de que en las citas que han solicitado por internet para ser atendidos en un hospital termine yéndoseles la mañana. Yo también me quejaría, porque hay que exigir excelencia para que "el sistema" mejore, pero estoy muy ocupada viendo la calidad de los hospitales, la profesionalidad de los médicos y los recursos disponibles para todos. 

Cuando oigo a los españoles quejarse de sus funcionarios públicos, recuerdo a la policía que me entrevistó cuando estaba por casarme: amable y comprensiva, como casi todos los funcionarios públicos que me han atendido aquí. Sonrío al oírlos hablar de la indignación que les produce haber perdido un día de trabajo por hacer una u otra gestión. ¿Y por qué sonrío? Porque al final del día, SIEMPRE se van con el papel que fueron a buscar, con la cédula actualizada o habiendo visto al médico. 

Es entonces cuando la sonrisa se me borra y me entra esta desazón que creo que todos los que estamos fuera sentimos cuando vamos a un supermercado y tenemos todo a nuestro alcance. Y con "todo" quiero decir TODO, Harina Pan incluida. Ese sentimiento de tristeza, indignación y hasta culpa que nos recuerda que renovar el pasaporte nos tomó 8 meses, que nuestras familias no tienen hospitales decentes a los que ir o que han olvidado incluso lo que se siente que un funcionario público les dé los buenos días. Estas ganas inmanejables de traerlos a todos para que disfruten de nuevo de una caminata nocturna, de sentarse en una terraza a tomarse un café, de ir de compras solo cuando es necesario...

Y aquí estoy de nuevo, intentando escribir algo más actual, y solo puedo pensar en la señora que dejó su currículum en la academia de inglés donde trabajo. Una caraqueña del '63, con títulos universitarios y una brillante carrera forjada durante años en una Venezuela segura y próspera, con apenas 4 años de haber conquistado su libertad. Una señora que nació en la mejor época de mi país, y vio llegar a muchos inmigrantes europeos que buscaban un futuro que sus países no podían darles. Ahora, a sus 52 años, esta compatriota busca empezar de cero en un país que no es el suyo, por más que le haya abierto las puertas. 

Ojalá esta señora y todos los venezolanos de "la diáspora" tengan una vida tranquila y exitosa. Ojalá nos formemos todos y busquemos la manera de ayudar a los nuestros, que cada día parecen tener más historias inverosímiles para contar. Ojalá nuestro país se reencuentre consigo mismo y vuelva a ofrecernos un futuro. 

Entonces, con las musas revoloteando con las guacamayas para no morir de aburrimiento, inventaremos muchas más historias que no tengan nada que ver con la realidad. ¿Por qué? Porque nuestro deseo se habrá cumplido y nuestra realidad será, simplemente, normal. 

miércoles, 29 de abril de 2015

"Salvando al mundo" con Amnistía Internacional, ¡aula por aula!




Mi primera charla sobre Diversidad Afectivo-Sexual. 

Decimos NO a la discriminación, porque "el mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo"

Colegio Caferma. 15/04/2015

Celebrando el Día del Libro en el IES El Puig





Quiso la vida que el pasado 23 de abril, Día Internacional del Libro, mi charla de Amnistía Internacional fuera en el aula "García Márquez" del IES El Puig. 

Después de hablar sobre la historia de los Derechos Humanos, la diversidad afectivo-sexual, las inquietudes de los estudiantes con respecto a temas de activismo y de unirnos a la acción urgente de Amnistía Internacional Sección España por las víctimas que han muerto en el Mediterráneo, pudimos declarar un aula más ¡libre de discriminación! 


martes, 10 de marzo de 2015

Gotas de Paz

 
Mural en el CEIP Ballester Fandos
 
 
Entrar en el Colegio Público Ballester Fandos de Valencia, es respirar un aire de optimismo para quienes luchan por los derechos humanos en el mundo. Ubicado en una zona poco favorecida, sus profesores luchan contra el absentismo, y con la ayuda del programa de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional Valencia, coordinado por María Escalona Ponce, forman niños conocedores de sus derechos, conscientes de los problemas de otros niños (como los niños soldados, la discriminación contra las niñas que no pueden estudiar, el uso de niños para trabajar...) y respetuosos con el medio ambiente.
 
Entro con María y es como estar con una súper estrella: todos los niños la conocen y la saludan inmediatamente. Me llama la atención un mural de Nelson Mandela que han pintado los niños junto a Pichi y Avo, unos colaboradores llevados por Amnistía Internacional. "No queremos dar charlas aburridas", dice María, mientras me cuenta que intentan que los niños aprendan sobre los derechos de la infancia mediante actividades en las que participen, como gymkanas, hip hop o cuentacuentos.
 
 
 
Mural de Nelson Mandela hecho por Pichi y Avo
 junto con los niños
 
 
Hoy vamos a ver una de ellas: Amnistía ha llevado a una compañía de teatro, Lupa Teatre, con un cuento inspirado en El Principito de Saint Exupery. El colegio no tiene auditorio, pero en el gimnasio se hacen maravillas: los más pequeños se sientan en dos bancos alargados, mientras que los grandes traen sus propias sillas desde el aula.
 
 

Los niños llevan sus sillas, ven la obra, participan
en el coloquio y curiosean tras bastidores
 
 
Comienza la función y me llama la atención lo atentos que están hasta los más pequeños. "Están acostumbrados", comenta uno de los profesores, "los llevamos mucho al teatro y a los museos". Así compensan la poca vida cultural que tienen en casa. Una vez terminada la obra, preguntan a los niños qué les ha parecido y qué mensaje tenía. Una niña de unos 8 o 9 años da en el clavo: "Que los niños no deben pasar hambre, trabajar ni ir a la guerra". Otro lo confirma: "Que el trabajo de los niños es estudiar y divertirse". Las respuestas evidencian la atención prestada y la conciencia que ya tienen los pequeños.
 
Antes de irnos visitamos el huerto: un pequeño espacio que han usado en el colegio para sembrar ajos, lechuga, coliflor... Me encanta ver que a estos pequeños también se les inculca la conciencia por el medio ambiente desde una actividad tangible, y que los frutos de su esfuerzo serán para su consumo.
 
 

El huerto escolar
 
 
Por último, en este espacio creado con un programa adaptado para los niños de un sector humilde, veo un muro que me llena de esperanza: "Fes que ploga la Pau" (Haz que llueva la Paz) nos muestra al mundo rodeado de gotas en las que los niños han puesto sus deseos en el Día Internacional de la Paz. Leerlo es reconciliarse con el futuro de la humanidad.
 
 

Gotas de Paz
Gota 1: "Deseo que no 'halla' violencia de género". María
Gota 2: "No al racismo".
Gota 3: "Deseo que no 'aia' 'mas' racismo en el mundo y que no 'aia' esclavitud. Paz. Amor".
Gota 4: "Deseo bailar juntos".
Gota 5: "Deseo que no 'hallan' más guerras y que no nos 'pelemos' solo quiero paz".
Gota 6: "Deseo que 'nohaya' más niños soldados".
Gota 7: "Deseo que haya igualdad de 'genero' y que no se discrimine por color". Yeru
Gota 8: "Deseo a todo el mundo paz, amor y libertad". Gabriela
 
 
 

viernes, 6 de febrero de 2015

De Zapata para Zhandra




El día que tuve el honor de conocer a este GRANDE, fuimos a su casa y yo no podía creer mi suerte. Quería pedirle un autógrafo, pero Suhaill dijo que ella no quería menos que una caricatura. Con toda la vergüenza del mundo y aprovechándome de la valentía de mi artista del maquillaje, puse el papel delante de Zapata. Entre sus gatos y su arte, me hizo este pedacito de gloria. Hoy me imagino al tío Simón recibiéndolo con un abrazo de esos sabrosos que te quitan la respiración para llenarte de vida, y un cafecito recién colado. Ahí, en un porche lleno de helechos y con una sabana enorme de fondo, hablarán de sus cosas, y pronosticarán el retorno de la unión en Venezuela.


domingo, 1 de febrero de 2015

No solo los alimentos y las medicinas escasean en Venezuela


Febrero, 1989: Caracazo
La última vez que los militares intervinieron en una manifestación civil en Venezuela
Fotos: noticias24.com, taringa.net, runrun.es y talcualdigital.com


La autorización de armas mortales para la represión de las manifestaciones en Venezuela, emitida oficialmente por el Ministerio de la Defensa del país caribeño a través de la resolución 008610, se suma a la lista de imposiciones anticonstitucionales que criminalizan la disidencia y coartan los derechos fundamentales más básicos: la libertad de expresión, el derecho a manifestación y la prohibición del uso del ejército en el control de manifestaciones civiles.

Esta última medida fue ordenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos tras el fatídico episodio del Caracazo, ocurrido entre el 27 de febrero y el 8 de marzo de 1989, cuyo sangriento resultado fue ampliamente repudiado por gran parte de la población, incluidos los hoy maduristas.

Es importante resaltar que la resolución 008610 aparece a pesar de ser contraria al artículo 68 de la Constitución venezolana, la cual prohíbe “el uso de armas y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”, y deja a discreción de los efectivos militares apelar a la “fuerza potencialmente mortal” en caso de la creación de una “situación de riesgo mortal” no expresamente definida; todo ello en medio de la peor crisis económica y social que han atravesado los venezolanos en su historia democrática.

Resulta también sospechosa la cercanía con el aniversario de las protestas más brutalmente reprimidas, encabezadas por los movimientos estudiantiles el 12 de febrero de 2014. Como consecuencia de ellas, unas 40 personas fueron asesinadas y hubo más de 1.600 detenciones arbitrarias (51 de ellas aún siguen detenidas).

La sensación que queda, al final, es que no solo los alimentos y las medicinas escasean en Venezuela. Parece que los derechos fundamentales, desde hace algún tiempo, también.