viernes, 26 de febrero de 2010

A Orlando Zapata Tamayo, el albañil

Hay momentos en los que, simplemente, no se puede callar. El asombro, la rabia y la indignación se vuelven una sola vocecita que grita: "¡¿Y tú no dirás nada?!" y te obliga a decir lo que crees, aunque mueras en el intento. Si no, si no hablas, te sientes culpable de la situación, porque aunque tu opinión no sea suficiente para inclinar la balanza hacia ningún lado, tu silencio, en cambio, sí favorece al lado opresor.

"Opresor" es una palabra que se ríe con la "revolución" venezolana, no tanto porque se usen mutuamente, sino porque a los "revolucionarios" les encanta nombrarla en sus discursos. Claro, si hay una bota más grande que nos aplasta, debemos unirnos para combatirla, así no sepamos qué hacer luego con ella.

La cosa es que me desvío, y lo hago porque escribo desde las vísceras hoy. Escribo porque ha muerto un albañil, Orlando Zapata Tamayo, a los 42 años de edad, luego de 7 años de presidio por instar a la discusión popular sobre la Libertad, en un país donde la opresión es el pan nuestro de cada día desde hace ya medio siglo.

Escribo porque me asombra que en el Siglo XXI siga habiendo gente presa por pensar diferente (sí, me niego a dejar de sorprenderme por eso, porque si lo vuelvo cotidiano ganan los "opresores"), porque las torturas y vejaciones hacia los individuos y los pueblos sean vox populi y el mundo no haga nada.

Escribo porque me indigna que la vida del albañil, que hoy para mucha gente representa al pueblo cubano en pleno, valga tan poco que no sólo se le deje morir de hambre, sino que los "líderes" de América y otros europeos no consideren esta pérdida en su justa proporción, como una muestra más de la barbarie que se vive en la isla.

Pero no crean que soy tan ingenua, no. No esperaba de Chávez ni una palabra. Y es hasta mejor, porque si decía algo seguramente terminaría echándole la culpa al imperio opresor. De hecho, escuchar a Raúl Castro "En Cuba no hay torturados... bueno sí, en Guantánamo", pues es como oír a Chávez en Copenhague diciendo que en Venezuela JAMÁS se maltrata al pueblo como se repelió la manifestación a las afueras de la Cumbre del Cambio Climático, luego de verlo diciendo que a los estudiantes hay que darles "gas del bueno".

No soy tan ingenua, no. Esperaba una muestra firme de condena de parte de otros dirigentes más afines a la defensa de los Derechos Humanos.

Lula, por ejemplo, estaba en la tierra de Zapata Tamayo cuando éste murió. ¿Ni una palabra, Lula?

Zapatero, quien representa actualmente a todos los países europeos, se encontraba en la IV Cumbre contra la Pena de Muerte que se lleva a cabo en Ginebra. Mejor ocasión, imposible. ¿Ni una palabra sobre la injustificada muerte del albañil cubano, ZP?

El gobierno de EEUU expresa su duelo a la familia, amigos y partidarios de Zapata Tamayo a través de un comunicado del Sub Secretario de Estado. En él recuerda que, hace un par de meses, enviaron otro comunicado al gobierno cubano expresando su preocupación por el estado de salud del opositor y "exigiendo" la liberación de otros 200 presos políticos que actualmente padecen en las pavorosas cárceles del régimen. En serio, ¿es todo? ¿Ni una palabra, Barack?

Pues, yo escribo mi indignación por su silencio, y honestamente, no sé cómo lograrán dormir por las noches, sabiendo que una persona ha muerto tras 7 años de torturas y 86 días de huelga de hambre. No sé cómo dormirán escuchando la voz de su madre, quien no sólo sigue en la isla, sino que tuvo que soportar que el velorio y el entierro de su hijo se convirtieran en focos de vigilancia y represión.

Y sí, es mejor que calle, presidente-comandante Chávez o como prefiera que le llamen. Es mejor que calle, porque estando del lado del "opresor" es muy difícil abrir la boca sin quedar como un fantoche cínico. Aunque no es que crea que eso le quite el sueño, claro. Ya dije que no soy tan ingenua.