miércoles, 18 de junio de 2014

El peligro de los nuevos liderazgos

Aunque impacta el logro obtenido por el partido Podemos en las recientes Elecciones al Parlamento Europeo, éxito que lo convierte en una opción distinta en medio de la crisis de la clase política que atraviesa España, no es prudente dejarse llevar por las esperanzas de una alternativa que aparenta neutralidad por su frescura.

Es cierto que el discurso de Pablo Iglesias ha resultado muy convincente a la hora de exponer las frustraciones de los electores, tomando como punto de encuentro la decepción generalizada hacia el bipartidismo y la corrupción. Sin embargo, algunas de sus declaraciones pueden resultar peligrosas desde un punto de vista demócrata y pacífico. Su defensa de la libertad del porte de armas en Estados Unidos como base de la democracia y ciertos coqueteos con organizaciones terroristas vascas, son un par de ejemplos. No obstante, a una periodista venezolana radicada en España, le llama la atención su explícita conexión con Hugo Chávez y su régimen.

En una entrevista hecha al líder de Podemos en el canal del Estado en Venezuela, Venezolana de Televisión, surgen numerosas inquietudes ante el repentino poder de convocatoria que ha demostrado este profesor de la Complutense de Madrid.

Me pregunto si los votantes del nuevo eurodiputado le han oído decir que "no puede haber democracia si todos los medios de comunicación están al servicio de los poderosos", y que "Venezuela ha demostrado tener una de las democracias más sólidas del mundo", cuando hay periodistas venezolanos amenazados, agredidos, medios de comunicación cerrados y el canal del Estado no transmite ninguna opinión contraria a la revolución chavista; cuando en Venezuela ya no hay canales de televisión opositores y quedan muy pocos de radio y prensa escrita; cuando los medios allí están controlados por los chavistas, o sea, por los poderosos. 

Me pregunto si saben que habló en ese plató sobre pluralidad y sobre la importancia de debatir las ideas, cuando más de la mitad de mi país está amordazado en ese canal que mantenemos todos. 

Me pregunto si les preocupará que el Sr. Iglesias haya hablado de los horrores de la represión actual en España, estando en un país que tiene un régimen que masacra estudiantes desarmados y tortura a la gente que protesta porque no hay seguridad, comida ni medicinas. 

¿Les preocupará acaso que haya dicho que envidia a los españoles que residen en Venezuela? Como extranjera, no me meteré en los planteamientos de su campaña referentes al bipartidismo y la corrupción, pero una cosa sí sé: Vivir en Venezuela es, desde que gobierna el chavismo, vivir con miedo por la inseguridad, vivir con problemas para conseguir alimentos por la escasez y con incertidumbre por la inexistencia de seguridad jurídica. 

Por lo tanto, me gustaría sugerir a los seguidores del Sr. Iglesias que están buscando una alternativa al bipartidismo, que busquen en Internet sus declaraciones en el pasado. Tengo la esperanza de que, de haberle oído decir ciertas cosas que en su campaña no repitió, su poder de convocatoria no hubiera sido tan grande.

Por último, quisiera enviarle un sincero mensaje al líder de Podemos. Sr. Iglesias: no envidie a los españoles que residen en Venezuela. Es bienvenido a quedarse allí, para que viva de primera mano todo lo bueno que ha traído consigo la "revolución bonita" que, según usted mismo, está "contra los intelectuales".

martes, 15 de abril de 2014

Por qué el escepticismo hacia el diálogo en Venezuela

Históricamente, los estudiantes han representado un liderazgo nato en Venezuela. Su contagioso vigor, su convicción a toda prueba, sus justas exigencias y la inexistencia de "intereses velados", hacen de este movimiento un verdadero huracán. Cualquier gobierno sensato los tomaría en cuenta. Pero de vez en cuando se da el caso de que, gracias a triquiñuelas disfrazadas de sistema democrático, llega al poder un gobierno poco sensato... y se cierra la partida. 

Por un lado está el gobierno, con amplia y poco legítima ventaja en todos los poderes, con armas, medios de comunicación, una fuente constante de dinero y muchas ganas de seguir disfrutando de las mieles de su posición. Por el otro, los estudiantes, armados solo con ideales, ganas de salir adelante y conciencia de que un futuro digno es imposible bajo estas directrices. No es de extrañar que la mayoría de los venezolanos les tenga simpatía.

Pero las armas de los universitarios no se quedan allí. Una, muy importante, fue obviada por un gobierno que los subestimó: su poder de convocatoria.

No solo están de acuerdo, también están comunicados. Están por todo el país, saben organizarse y se valen de las redes sociales para publicar sus denuncias al mundo. Resultado: Lo que el gobierno creyó ser una pataleta de niños malcriados, terminó siendo una revuelta de dos meses y contando. 

Maduro falló al calcular la dimensión de las protestas, no solo en cuanto a su extensión territorial, sino en la profundidad del descontento. La violencia ejercida por grupos civiles armados por el gobierno, la persecución ilegal de disidentes, el cerco a los medios de comunicación y periodistas, la escasez producto del descalabro económico y el descuido de los intereses y  necesidades de los venezolanos, son reclamos que hace la sociedad entera. 

Así llegamos aquí: al momento en el que el gobierno entiende que, para mantener su imagen en el exterior, debe sentarse en un "diálogo". Pero, cuando amplios sectores de la sociedad están involucrados en las protestas, ¿a quién eliges como interlocutor? 

La coalición de partidos políticos adversos al gobierno, MUD (Mesa de la Unidad Democrática), ha hecho una gran labor por salvaguardar los pocos resquicios democráticos que aún quedan en el país, pero, como bien dijeron en el primer debate con el equipo oficialista, no representan a los estudiantes.

La MUD no convocó la protesta, no siempre la apoyó y no tiene poder para cesarla. Si el gobierno quiere restablecer la normalidad en el país, lo sensato sería que involucrara a los estudiantes en la mesa de diálogo. Pero ya hemos dicho que, de vez en cuando, los gobiernos no son sensatos.

El panorama es muy complejo y hay que sumarle a los radicales de ambos bandos que, por un lado, pretenden colapsar al país para forzar un paro nacional, y por el otro, amedrentan a los manifestantes y a sus familias disparando a diestra y siniestra en las zonas residenciales de clase media. Ninguno tiene el apoyo de la mayoría de la sociedad civil, pero juegan un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos.

En conclusión, decir que hay "diálogo" en Venezuela es pecar de inocencia. Habla un gobierno desde su palacio con un grupo de personas que traen denuncias, a quienes se les responde con desdén la misma cantaleta de siempre: quieren derrocarnos porque son fascistas y apátridas. Mientras tanto, en las calles, los estudiantes siguen con su lucha, ajenos a la farándula gubernamental y a los veedores internacionales, cuya labor deja mucho que desear si no son capaces de preguntar por qué los protagonistas de esta historia no han sido invitados al debate.



lunes, 7 de abril de 2014

El valor de un smartphone en Venezuela

Ante la vergonzosa actitud de los medios tradicionales de comunicación, silenciosos cómplices de la reiterada violación de los Derechos Humanos de miles de venezolanos, surge el protagonismo de unos artefactos que, desde las millones de manos de ciudadanos, se convierten en el principal lugar de acopio de testimonios y pruebas del drama de un país al límite. Falta saber si sus denuncias servirán para algo, o si, como en otros casos, la comunidad internacional seguirá ignorando esta tragedia.

Mientras las protestas en Venezuela, lejos de amainar, se abren paso ante la represión gubernamental, los medios de comunicación del país caribeño deciden callar. No es casualidad, pues la revolución bolivariana cuenta ya con un largo expediente de amenazas, persecuciones, cercos y cierres de emisoras de radio y televisión, así como de órganos informativos escritos, sumados a ataques verbales y físicos e incluso encarcelamientos ilegales a periodistas y trabajadores de la prensa.

No es de extrañar entonces que en la cuna de Bolívar no quede ni un solo canal de televisión de oposición, y la prensa escrita tenga que sobrevivir gracias al generoso aporte de papel hecho por algunos medios de información colombianos. Cuesta imaginarse a una verdadera democracia en esas condiciones.

Pero lo cierto es que los venezolanos hace tiempo que ya no recurren a los medios tradicionales para informarse. En el fondo, pocos se fían de lo que en ellos se publica, y el silencio informativo ha dado pie a un nuevo ciclo en la historia de las comunicaciones de masas en el país. Ante la vergonzosa actitud de los medios tradicionales de comunicación, silenciosos cómplices de la reiterada violación de los Derechos Humanos de miles de venezolanos, surge el protagonismo de unos artefactos que, desde las millones de manos de ciudadanos de a pie, se convierten en el principal lugar de acopio de testimonios y pruebas del drama de un país al límite.

Los smartphones, tablets y todos los artefactos electrónicos diseñados para capturar imágenes y vídeos y compartirlos en las redes sociales, se han convertido en el principal aliado de la Libertad de Expresión, Información y Opinión de los venezolanos. Gracias a ellos, quienes estamos fuera hemos podido comprobar la gravedad de la situación en las calles, así como el carácter nacional de las protestas lideradas por los estudiantes, y su extensión a otros sectores de la población como médicos, profesores y periodistas. Sin embargo, el papel más importante que han cumplido estos aparatos tecnológicos, ha sido el de mantener informados a los propios venezolanos de lo que ocurre en el país.

El derecho a una información veraz y oportuna no es un mero capricho. En él radica gran parte de la estructura de una Democracia y, en situaciones tan conflictivas, puede llegar a salvar vidas. Los nuevos medios de comunicación masiva se han valido de los nacientes reporteros sobre el campo, para que los propios venezolanos sean conscientes de la magnitud de la violencia en la represión de las manifestaciones, cuyas consecuencias no conocerían de no ser por la inmediatez, el alcance y las posibilidades de los smartphones.

De modo que las pruebas están allí. Corren por las redes sociales aún más rápido y con una mayor audiencia de la que podría alcanzar un medio tradicional. Los smartphones y tablets han logrado darle protagonismo al ciudadano común, demostrando que es un factor clave en la captura de testimonios de violaciones a los Derechos Humanos. Falta saber si sus denuncias servirán para algo, o si, como en otros casos, la comunidad internacional seguirá ignorando su tragedia.



sábado, 22 de febrero de 2014

¿Cuál es el plan?



Hace días que mis amigos españoles me miran con la incómoda y curiosa mirada de quien va al velorio del padre de un amigo. Quieren saber cómo estoy, pero no saben si preguntar al principio, al final o directamente no sacar el tema. Cuando, a propósito de la difícil situación que se vive en Venezuela estos días, me preguntaron qué pasaría si los estudiantes ganan, me quedé en blanco...

Claro que lo ideal es que renuncie Maduro y llamen a elecciones, pero nadie irá con este CNE. Nadie aceptará un juicio más con este TSJ. Nadie aceptará ser representado por esta "defensora del pueblo", esta "fiscal general", y lo mismo con todos los "organismos públicos" (entre comillas y en minúsculas) que abiertamente han asumido un papel de obediencia al régimen. 

En medio de toda esta lucha de los estudiantes, que considero más que necesaria, me pregunto: ¿cómo pensamos llegar a donde queremos ir? 

Desde donde estoy, lamento no poder hacer más para acompañar la lucha de los jóvenes venezolanos, valientes defensores de la Libertad y la Democracia. Sé que reunirnos aquí y enviarles fotos diciéndoles que no están solos, realmente no es mucho, y cuando ves videos de gente aterrada grabando motorizados que se cuelan en sus urbanizaciones, ante la mirada indiferente de los "cuerpos de seguridad del estado", te invade la impotencia y te das cuenta de que no hay absolutamente nada que puedas hacer, aquí ni allá, para cesar tanta violencia.

Solo quería tomarme unos minutos de calma entre tanto tweet, para agradecer a mis amigos por tomarse la molestia de interesarse por Venezuela. Como saben, lo que pase en ella me afecta mucho y agradezco el interés y la preocupación.

En cuanto a mis paisanos, solo una reflexión: 

Sé que es fácil desde aquí pedirles que resistan, pero más que un cómodo y vacío ruego de "Lucha por mí para que pueda disfrutar de tu sacrificio", es una petición de "Has llegado tan lejos, a costa de la vida y la integridad física y moral de tantos valientes, que has hecho que el mundo te oiga y ruegue por ti. ¡Falta menos! ¡No te dejes vencer ahora!".

Pero también quiero pedirles que comiencen a pensar en el mañana. Una vez que consigamos nuestras exigencias (desarme de los "colectivos", liberación de los presos políticos, libertad de expresión e información en los medios de comunicación...), ¿cuál es el plan? 

Antes de terminar, me gustaría decirles a los protagonistas de este despertar, a los jóvenes de Táchira, a los de Carabobo, Zulia y a todos los que se han enfrentado pacíficamente en las calles a un régimen con armas y tanquetas: ¡GRACIAS! Venezuela está muy orgullosa de ustedes, y merecen vivirla grande, próspera y en paz, como la conocí yo.

lunes, 20 de enero de 2014

Solo importas tú



Alba dejó el aspirador a un lado mientras tomaba un vaso de agua. Al mirar hacia el cuarto de juegos de los niños, descubrió un teléfono con ojitos sonrientes y una nariz roja... igual al que ella tenía cuando era niña.

Sus ruedas desgastadas le hicieron recordar a la Sra. Teresa, la bajita y regordeta colombiana que todos los martes y jueves la iba a buscar al colegio.

-Cómase también la ensalada -dijo Teresa con su acostumbrada voz autoritaria y su inconfundible acento neogranadino.
-¡Pero es que no quiero! -respondió Alba, como siempre. 
-Ese no es mi problema, señorita. Usted se come la ensalada y yo le cuento lo que pasó anoche en el capítulo de "La dama de rosa".
-¿Y si me lo dice y luego me la como? 
-Sí, claro. Usted se cree que yo nací ayer, vea.

Alba sonrió pícaramente, mientras buscaba en su iPod el tema de "La dama de rosa" y se disponía a limpiar el polvo de los juguetes. Las empalagosas letras de Franco de Vita la llevaron a otras conversaciones con Teresa.

-¿Su casa es bonita, Sra. Teresa? -preguntaba una Alba adolescente.
-Mucho, señorita. Tiene flores en todas las ventanas, un corral detrás y un huerto que le encantaba recorrer a mi Jon.
-¿Y por qué no vive allá? ¿Por qué se vino?
-La guerra, señorita. La guerra es muy mala, y yo por mis hijos hago lo que sea.

Alba volvió a la realidad, y no pudo evitar las lágrimas cuando oyó en su iPod: "Solo importas tú. Da igual si tengo todo o nada, solo importas tú".

Recordó lo afortunada que se sentía de ser una ingeniero y no tener que huir de la guerra como la Sra. Teresa. 

Recordó los días en que parecía que tendría una brillante carrera. 

Recordó la paulatina pérdida de su calidad de vida y también el día en que decidió irse a España.

Recordó la cara de su bebé, por quien daría la vida si fuera necesario.

Y luego vio la cara de Teresa reflejada en su propio rostro.

Alba apagó el iPod, se limpió las lágrimas y se irguió. "Solo importas tú. Por ti hago lo que sea", dijo en la distancia a su bebé. Luego tomó con fuerza el trapo y siguió limpiando los juguetes de otros.