martes, 15 de abril de 2014

Por qué el escepticismo hacia el diálogo en Venezuela

Históricamente, los estudiantes han representado un liderazgo nato en Venezuela. Su contagioso vigor, su convicción a toda prueba, sus justas exigencias y la inexistencia de "intereses velados", hacen de este movimiento un verdadero huracán. Cualquier gobierno sensato los tomaría en cuenta. Pero de vez en cuando se da el caso de que, gracias a triquiñuelas disfrazadas de sistema democrático, llega al poder un gobierno poco sensato... y se cierra la partida. 

Por un lado está el gobierno, con amplia y poco legítima ventaja en todos los poderes, con armas, medios de comunicación, una fuente constante de dinero y muchas ganas de seguir disfrutando de las mieles de su posición. Por el otro, los estudiantes, armados solo con ideales, ganas de salir adelante y conciencia de que un futuro digno es imposible bajo estas directrices. No es de extrañar que la mayoría de los venezolanos les tenga simpatía.

Pero las armas de los universitarios no se quedan allí. Una, muy importante, fue obviada por un gobierno que los subestimó: su poder de convocatoria.

No solo están de acuerdo, también están comunicados. Están por todo el país, saben organizarse y se valen de las redes sociales para publicar sus denuncias al mundo. Resultado: Lo que el gobierno creyó ser una pataleta de niños malcriados, terminó siendo una revuelta de dos meses y contando. 

Maduro falló al calcular la dimensión de las protestas, no solo en cuanto a su extensión territorial, sino en la profundidad del descontento. La violencia ejercida por grupos civiles armados por el gobierno, la persecución ilegal de disidentes, el cerco a los medios de comunicación y periodistas, la escasez producto del descalabro económico y el descuido de los intereses y  necesidades de los venezolanos, son reclamos que hace la sociedad entera. 

Así llegamos aquí: al momento en el que el gobierno entiende que, para mantener su imagen en el exterior, debe sentarse en un "diálogo". Pero, cuando amplios sectores de la sociedad están involucrados en las protestas, ¿a quién eliges como interlocutor? 

La coalición de partidos políticos adversos al gobierno, MUD (Mesa de la Unidad Democrática), ha hecho una gran labor por salvaguardar los pocos resquicios democráticos que aún quedan en el país, pero, como bien dijeron en el primer debate con el equipo oficialista, no representan a los estudiantes.

La MUD no convocó la protesta, no siempre la apoyó y no tiene poder para cesarla. Si el gobierno quiere restablecer la normalidad en el país, lo sensato sería que involucrara a los estudiantes en la mesa de diálogo. Pero ya hemos dicho que, de vez en cuando, los gobiernos no son sensatos.

El panorama es muy complejo y hay que sumarle a los radicales de ambos bandos que, por un lado, pretenden colapsar al país para forzar un paro nacional, y por el otro, amedrentan a los manifestantes y a sus familias disparando a diestra y siniestra en las zonas residenciales de clase media. Ninguno tiene el apoyo de la mayoría de la sociedad civil, pero juegan un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos.

En conclusión, decir que hay "diálogo" en Venezuela es pecar de inocencia. Habla un gobierno desde su palacio con un grupo de personas que traen denuncias, a quienes se les responde con desdén la misma cantaleta de siempre: quieren derrocarnos porque son fascistas y apátridas. Mientras tanto, en las calles, los estudiantes siguen con su lucha, ajenos a la farándula gubernamental y a los veedores internacionales, cuya labor deja mucho que desear si no son capaces de preguntar por qué los protagonistas de esta historia no han sido invitados al debate.



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