lunes, 7 de abril de 2014

El valor de un smartphone en Venezuela

Ante la vergonzosa actitud de los medios tradicionales de comunicación, silenciosos cómplices de la reiterada violación de los Derechos Humanos de miles de venezolanos, surge el protagonismo de unos artefactos que, desde las millones de manos de ciudadanos, se convierten en el principal lugar de acopio de testimonios y pruebas del drama de un país al límite. Falta saber si sus denuncias servirán para algo, o si, como en otros casos, la comunidad internacional seguirá ignorando esta tragedia.

Mientras las protestas en Venezuela, lejos de amainar, se abren paso ante la represión gubernamental, los medios de comunicación del país caribeño deciden callar. No es casualidad, pues la revolución bolivariana cuenta ya con un largo expediente de amenazas, persecuciones, cercos y cierres de emisoras de radio y televisión, así como de órganos informativos escritos, sumados a ataques verbales y físicos e incluso encarcelamientos ilegales a periodistas y trabajadores de la prensa.

No es de extrañar entonces que en la cuna de Bolívar no quede ni un solo canal de televisión de oposición, y la prensa escrita tenga que sobrevivir gracias al generoso aporte de papel hecho por algunos medios de información colombianos. Cuesta imaginarse a una verdadera democracia en esas condiciones.

Pero lo cierto es que los venezolanos hace tiempo que ya no recurren a los medios tradicionales para informarse. En el fondo, pocos se fían de lo que en ellos se publica, y el silencio informativo ha dado pie a un nuevo ciclo en la historia de las comunicaciones de masas en el país. Ante la vergonzosa actitud de los medios tradicionales de comunicación, silenciosos cómplices de la reiterada violación de los Derechos Humanos de miles de venezolanos, surge el protagonismo de unos artefactos que, desde las millones de manos de ciudadanos de a pie, se convierten en el principal lugar de acopio de testimonios y pruebas del drama de un país al límite.

Los smartphones, tablets y todos los artefactos electrónicos diseñados para capturar imágenes y vídeos y compartirlos en las redes sociales, se han convertido en el principal aliado de la Libertad de Expresión, Información y Opinión de los venezolanos. Gracias a ellos, quienes estamos fuera hemos podido comprobar la gravedad de la situación en las calles, así como el carácter nacional de las protestas lideradas por los estudiantes, y su extensión a otros sectores de la población como médicos, profesores y periodistas. Sin embargo, el papel más importante que han cumplido estos aparatos tecnológicos, ha sido el de mantener informados a los propios venezolanos de lo que ocurre en el país.

El derecho a una información veraz y oportuna no es un mero capricho. En él radica gran parte de la estructura de una Democracia y, en situaciones tan conflictivas, puede llegar a salvar vidas. Los nuevos medios de comunicación masiva se han valido de los nacientes reporteros sobre el campo, para que los propios venezolanos sean conscientes de la magnitud de la violencia en la represión de las manifestaciones, cuyas consecuencias no conocerían de no ser por la inmediatez, el alcance y las posibilidades de los smartphones.

De modo que las pruebas están allí. Corren por las redes sociales aún más rápido y con una mayor audiencia de la que podría alcanzar un medio tradicional. Los smartphones y tablets han logrado darle protagonismo al ciudadano común, demostrando que es un factor clave en la captura de testimonios de violaciones a los Derechos Humanos. Falta saber si sus denuncias servirán para algo, o si, como en otros casos, la comunidad internacional seguirá ignorando su tragedia.



2 comentarios:

Unknown dijo...

excelente post, querida amiga. Mucho ánimo, las cosas van a mejorar pronto, lo vaticina el Amo Lolo.

Zhandra Zuleta dijo...

Muchas gracias, Carlos. Y si el Amo Lolo vaticina una mejora, ¡estamos salvados!