jueves, 29 de julio de 2010

¡Visca España! ¡Viva Venezuela!


Hace unos meses mi padre insistía en que viera la película Invictus. Honestamente, no tenía ni idea de por qué, hasta que vi su argumento.

Resulta que mi padre es de los que cree que el fútbol tiene el poder de unir a la gente. Hace ya algunos años que planteaba la posibilidad de que la Vinotinto fungiera de goma de pegar entre los venezolanos oficialistas y los de oposición. Un día escuché un argumento decepcionante: "¡Qué va! ¡Si ellos -los "escuálidos"- apuestan a que pierda la selección!"

Ese argumento me molestó mucho por dos razones: porque soy de las que más apoya a la Vinotinto y porque soy una venezolana de oposición; pero hubo aún otra razón: porque he ido al estadio, he estado rodeada de "escuálidos", he gritado consignas contra el gobierno junto con ellos y luego todos, con nuestras banderas/camisas/gorras en alto, hemos apoyado a la selección.

Más peligrosa que la confrontación me parece la divulgación de argumentos falsos que, lejos de ayudar a la unión, contribuyan a echar más leña al fuego.

Desde este lado del charco tuve la oportunidad de vivir lo que el fútbol puede lograr en un pueblo. Durante años he escuchado cómo los separatistas vascos y, en menor medida, los catalanes, reniegan de su nacionalidad y exigen obtener la suya propia. Francamente, nunca lo he entendido.

Desde una perspectiva lejana, es un "conflicto" que no entiendo. Es como decir "Yo soy humana, no persona", o algo así. "Soy catalán, no español" me resulta una contradicción, pero bueno...

Lo cierto es que España ganó el mundial, y aquí todo fue fiesta. Ya desde antes se exhibían las banderas ibéricas en los balcones de tuttiri mundachi, y debo decir que no pude evitar emocionarme al oír a un radioescucha catalán Y español decir en la radio: "Es la primera vez en años que podemos ondear la bandera española sin tener que dar explicaciones".

Un sentimiento de unión, de alegría que supera distancias, de hermandad, se apoderó de toda España, aunque no de todos los... "no españoles".

Aún con esta hazaña, aún con la plaza España de Barcelona repleta de gente con la cara pintada de rojo y amarillo, aún con este fervor evidente, hubo voces que se alzaron en favor de Holanda.

Aún con la emoción viva en el ambiente, hubo gente que prefirió ignorar la disputa, o decir que si ganaba España no era más que por los jugadores del Barca, y que el problema es que no son libres para tener su propia selección (la cual, por supuesto, habría ganado la copa, pasando por encima del once español).

Horas antes del partido final, miles (algunos dicen que llegan al millar) de catalanes habían estado en ese mismo sitio, protestando la decisión de la Sala Constitucional de Madrid, la cual denegaba la aplicación del Estatut propuesto por los catalanes, en el cual, prácticamente, se declaraban independientes de España. Entre otras, sus demostraciones incluyeron quemar banderas españolas. A mí me parece muy lógico que, siendo su petición una anticonstitucional, la Sala Constitucional lo rechace, pero yo qué sé... sólo soy una sudaca en tierra ancestral.

Lo que sí sé es lo que viví, y las imágenes de los miles (no sé si millones también) de catalanes gritando "Yo soy español, español, español", "Una nación, una selección", "No nos engañan, Cataluña es España" o "España es una, no cincuenta y una", además del tradicional "¡Viva España!" o su adaptación "¡Visca España!", pusieron la piel de gallina a más de uno.

A pesar de los independentistas que prefirieron ir a Holanda o simplemente perderse de esta emoción, lo vivido aquí es una algarabía que me hizo desear que algún día, en mi país, podamos vestirnos todos de Vinotinto y saber que esa felicidad conjunta está por encima de cualquier división.

Por eso, aunque sea algo tarde, invito a los venezolanos que no la hayan visto ya a que vean Invictus, y a que la esperanza de unión que ha albergado mi padre los inunde, además con la convicción de que llegar a ella ES POSIBLE.

6 comentarios:

Anaís dijo...

Hola primita! Ojalá tengas razón!
pero poco fue lo que paso con la selección femenina de softball que llegó al mundial de softball. No recuerdo que muchos medios (además de los del estado) le hayan dado cobertura, quizás porque no era el fútbol (no lo se). Tampoco cuando logramos colocar nuestro satélite lo que apunta al rumbo de la soberanía tecnológica. O la orquesta sinfónica que es un orgullo internacional. De verdad quisiera tuvieras razón, pero los hechos me desalientan...
Te quiero mucho y espero te nutras mucho del viejo continente

Zhandra Zuleta dijo...

¡Hola primita! Gracias por visitarme de nuevo. No tengo respuestas a tus planteamientos, no más que suposiciones, pero ahí van:

El softball es un deporte muy poco practicado en Venezuela, por lo que no es de extrañar que tenga pocos seguidores. En el caso del béisbol y del fútbol, me parece que hay una tradición familiar: ver los juegos, ir a los estadios, echar broma al caraquista/magallanero que tengamos al lado en la oficina. No es así con el softball.

El béisbol nos ha traído muchas alegrías: desde la buena impresión que dejan nuestros peloteros en las Grandes Ligas, hasta nuestra propia liga que es bastante competitiva.

El fútbol lo hemos sufrido. Hemos visto pasar a la selección de Cenicienta a Vinotinto y hemos luchado mucho para poder ganarle a grandes oncenas como Argentina, Uruguay o Paraguay.

Al menos yo, no tengo ninguna referencia del softball. No sé qué equipos son mejores o hasta qué punto sus reglas sean iguales/similares a las del béisbol. Quizás es un buen momento para empezar a aprender.

Siento muy parecido lo del satélite. No hemos intentado desde hace años tener uno, al menos como nación. Ciertamente, muchas personas debieron trabajar muy duro durante mucho tiempo para lograrlo, pero su trabajo no nos llegó... al menos a la mayoría de los venezolanos.

Fue un trabajo de hormiga que se hizo bajo la injusta ignorancia de los demás, por lo cual, no creo que podamos apreciar realmente la magnitud de lo que implica.

En cuanto al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela sí te puedo decir que nos ha unido. A unos más que a otros, porque como te podrá contar mi padre, hay más de uno que no es precisamente "escuálido" y que desmerita la labor del Maestro Abreu y de sus muchachos.

He oído, en un micro televisivo transmitido por Vive Tv, a un destacado músico y amigo del tío David, Diego Silva, decir que ese sistema lo que ha hecho es que los jóvenes desprecien la música venezolana porque aprenden e interpretan la música de Mozart. En el mismo espacio, esta persona dijo que no veía cuál era el mérito del sistema, porque se llevó la música a los barrios, no a Marte.

Fuera de eso, están mis amigos conocedores de música a quienes no les gusta el estilo de Dudamel, y aunque respeto su postura (no me queda otra, ellos son músicos y saben mucho más que yo), me sigue llenando de orgullo cada vez que arranca aplausos y ovaciones en el exterior.

La cosa es que vamos descubriendo puntos de encuentro, y estoy segura de que son más de lo que nos imaginamos.

Si nos toca aprender de softball, aprenderemos, ¡pero una llegada de la Vinotinto a un mundial no estaría nada mal!

Unknown dijo...

La política se vale de todo para conseguir sus objetivos... si hace falta, los políticos venden a su madre!

Siguiendo un poco la línea de tus comentarios verás lo que ha pasado aquí mismo, en España. Yo, personalmente, estoy en contra de las corridas de toros, simplemente porque me parece "medieval". No significa esto que no sea importante en España en términos económicos, cultural y hasta turísticos!.

Pues ya ves los que ha pasado. Resulta que como son un icono de España, y tras la decisión del Parlamento de Catalunya, ya están los que dicen que se trata de cortar lazos entre Cataluña y el resto de España. Yo creo que mucha gente simplemente está en contra, para que no sufra el "pobre bicho" (aunque haya de todo).

Pero ahí están los políticos sacando tajada en favor de sus objetivos.

En fin, está claro el objetivo del oficialismo venezolano... Ahí hay poco que discutir.

Zhandra Zuleta dijo...

Hola, Daniel. La verdad es que cuesta no generalizar y meter a todos los políticos en el mismo saco. No puedo opinar mucho sobre la tauromaquia porque no tengo ni idea de su profundidad, pero al igual que tú, me horroriza un poco que alguien pague para ver cómo torturan y matan un animal. No me atrevo a decir mucho porque además, en lo poco que he escuchado por aquí, se nota a leguas el respeto que le tienen los seguidores de este... ¿arte? ¿de esta práctica?

Hay todo un mundo detrás que no conozco, pero tienes razón: cuando se habla "por el pueblo", muchas veces los estímulos iniciales se tergiversan bastante.

Gracias por leer.

Romi S. dijo...

Zhandrisss! qué gusto leerte de nuevo!!!

Qué lamentable esa separación en España, que tal cual como dices es una total contracción.

Espero que te esté yendo fabuloso por allá.

En cuanto a Invictus la tengo pendiente.

Cariños para tí y toda la suerte!

Zhandra Zuleta dijo...

Mi Romiiii!!! Tan linda como siempre, amiga!

Por aquí me va muy bien, como puedes imaginar, aunque de extrañar, se extraña bastante a todo el mundo :S

Espero que a ti también te esté yendo genial y a ver si hablamos un día de estos por msn!

Un besito!